
Sabemos que existen empresas productoras y comercializadoras competitivas, pero la industria de la gastronomía, a través de alimentos y bebidas, es un reto por sí misma. Como hemos mencionado en reiteradas ocasiones, la imagen visual de la marca es un paso obligado para cualquier negocio, que debe ser coherente en todo momento. Esto, desde luego, implica construir una asociación entre el sabor, el servicio y la calidad de los alimentos ofertados, con el nombre, colores institucionales y, una ventana más importante de lo que aparenta: El menú.
Esta relación, pensada y coordinada de forma estratégica, puede atraer beneficios para la marca, además de reconocimiento y distinción. Uno de ellos se encuentra a través de despertar la intención de recomendación por parte del cliente. Recordemos que el nombre del negocio puede vincularse a una experiencia que, con la comunicación de “boca en boca” entre las personas, puede contribuir a que la marca sea más conocida, así como impresiones conjuntas de todo lo anterior mencionado.

Menús en la actualidad
Esta experiencia, que antes era acompañada con menús físicos, ha recibido un giro de 180° debido a la contingencia sanitaria, situación que ha dado paso a la creación y diseño de cartas profesionales en formato digital, haciendo uso de un lector de códigos QR y alojándose en el ciberespacio. Independientemente de ello, el menú desde mucho antes, aunque podría parecer pasajero en una ida para almorzar/cenar, brinda personalidad y se trata una oportunidad valiosa para mostrar los valores de tu marca.
Si la carta permanece en la mesa o se encuentra en la pantalla de un teléfono, es mejor que cuente con un diseño interesante y vaya más allá de la enumeración de los platillos, bebidas y postres con sus precios respectivos. Como en cualquier otro proyecto, representa un reto creativo que requiere de originalidad, cuyo resultado puede ser apreciado por los clientes y añade un “algo” que distingue a la marca de los demás restaurantes.

Consideraciones de diseño a la carta
Delimitar y dar a conocer el estilo/temática del restaurante: Este es un paso obligado para que un profesional en diseño comience a trabajar. Como marca, mencionar si la propuesta de tu negocio ofrece comida tradicional o internacional, si mantienen un estilo retro, rústico o divertido también, son contextos que transforman el panorama creativo y pueden dar resultados muy distintos entre sí.

Conocer la cantidad de platillos, bebidas, postres, etc.: Esto puede ser de mucha utilidad para la extensión del menú, qué secciones pueden integrar fotografías y cómo distribuir los elementos que serán integrados en la carta, siendo muy importante al tratarse de una labor que se vincula estrechamente con un área operativa.
Brindar claridad para las secciones del menú: Técnicamente, la carta está estructurada por ellas y es valioso indicar variaciones en la especialidad de platillos, si se cuenta con más de un tipo de bebida o la existencia de paquetes con diferentes opciones, pero concentrados en un espacio en concreto.

Imágenes estratégicas: Con una visibilidad adecuada y excelente calidad, las imágenes de platillos seleccionados de forma estratégica pueden hacer que las personas pregunten por ellos, así como estimular su apetito. Sin duda es una oportunidad para que el comensal tenga una referencia de cómo luce la comida antes de que llegue a su mesa. Es por ello por lo que es importante acordar sesiones y seleccionar platillos que puedan impulsar visualmente la carta en cuestión.
Es importante mencionar que existen algunos elementos que pueden integrarse de forma adicional, tales como la descripción de ingredientes generales y la indicación de aquellos alergenos en los platillos, cantidad de piezas, guarniciones, así como íconos que puedan representar una sección en particular. Son prescindibles, pero nunca están de más.

No puede hacer falta
De acuerdo con Luz Fuertes Ccora, asistente de Marketing en Canvia y Comunicadora Corporativa, un menú debe:
- Contener Secciones.
- Tener fotos irresistibles.
- Contar con un diseño con minimalismo.
- Tener nombres creativos para los platillos.
- Enganchar al cliente con los detalles.
- Transmitir la identidad de marca.
- Poder adaptarse a diferentes formatos (físico/digital).

En conclusión…
Todos estos factores serán sumamente útiles para los creativos, cuya labor coadyuvará para la creación de una estructura legible y funcional, con una imagen positiva, pero coherente con la personalidad del negocio en cuestión. Así como un color puede tener distintos significados, existen restaurantes que tienen una presencia muy diferente entre sí. Desde la exaltación juvenil hasta la mesura de la elegancia, puede haber un híbrido entre ambos, pero depende de una excelente comunicación entre el negocio y el diseñador. Finalmente, resultados profesionales son obtenidos por profesionales.
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